Aullando en Verso

Aullando en Verso

miércoles, 25 de marzo de 2015

Donde descansan mis prisas

Igual que la primavera
llena los campos de flor,
así el estar a tu vera
llena mi alma de tu amor.

El pulso se me amotina
y la sangre arde en mis venas
a esa hora vespertina
en la que aun duermen las penas,

cuando tu aroma sutil
se posa sobre mis labios,
cuando esa emoción febril
que nunca explican los sabios

se apodera de mi ser
volviendome adicto a ti,
sin que me importe perder
todo lo que conocí.

Besarte es besar la vida,
pero aunque fuera la muerte
morder tu fruta prohibida,
sin dudar pido esa suerte

antes que no verte más,
que aun esa muerte certera,
si vienes tú y me la das,
me envuelve en tu primavera,

me aprisiona en tus miradas,
me arrulla entre tus sonrisas
que son como mil almohadas
donde descansan mis prisas.

jueves, 5 de marzo de 2015

Y volé


Miré a los ojos al abismo.
Sentí la brisa fresca que acaricia
los osados rostros de aquellos que saltan sin miedo,
de los que se enfrentan
por obligación,
por convicción,
por devoción
al vacío,
al precipicio.
Me dejé caer
esperando que tus alas blancas
vinieran en mi auxilio
una vez más,
la última vez.
Al fondo se precipitaron,
pesados como piedras
grises y frías,
mis temores,
mis mas oscuros miedos.
Pensaba que caería yo también
con ellos,
enredado en ellos,
ahogado en ellos,
pero extendí los brazos
y alcancé a tocar con mis dedos
tu mirada,
abracé dulcemente tus labios,
me perdí en tu aroma
deseando que  mi cuerpo se diluyera
plácidamente en tu alma,
dejando que tu espiritu recorriera
los recovecos de mis cansadas noches en vela.
Y sucedió.
Mis huesos no encontraron
el duro suelo del invierno que acompaña tu indiferencia.
Lleno de tu primavera
me elevé etéreo,
liviano,
hasta cruzar la frontera que conduce
a tu cielo.
Deseé alzarme por encima de todos los amores,
para llegar volando hasta tí.
Y volé.