Igual que la primavera
llena los campos de flor,
así el estar a tu vera
llena mi alma de tu amor.
El pulso se me amotina
y la sangre arde en mis venas
a esa hora vespertina
en la que aun duermen las penas,
cuando tu aroma sutil
se posa sobre mis labios,
cuando esa emoción febril
que nunca explican los sabios
se apodera de mi ser
volviendome adicto a ti,
sin que me importe perder
todo lo que conocí.
Besarte es besar la vida,
pero aunque fuera la muerte
morder tu fruta prohibida,
sin dudar pido esa suerte
antes que no verte más,
que aun esa muerte certera,
si vienes tú y me la das,
me envuelve en tu primavera,
me aprisiona en tus miradas,
me arrulla entre tus sonrisas
que son como mil almohadas
donde descansan mis prisas.
Hermoso poema¡
ResponderEliminarSaludos. :3
Muchas gracias Atena. Feliz día
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