Ojitos de mermelada,
labios de azúcar y miel,
tu sofá es dulce morada
de tu piel contra mi piel.
Tu voz potente y serena
se quiebra cuando suspiras,
pidiéndome amor en vena,
mostrándote sin mentiras.
Luego, niegas lo evidente
para no hacerme sufrir,
intentando que tu mente
no oiga a mi alma latir
y yo me vuelvo de hielo,
en ese momento extraño
a las puertas de tu cielo,
donde el dolor no hace daño.
Sé bien que no hay vuelta atrás,
Pero sabes que al mirarte
no veo una sonrisa más,
aunque quieras escaparte
lo que veo yo al mirar,
es tu luz suave y amable
y aunque antes de empezar
ya estas cortando ese cable
que nos ha acercado tanto,
yo sonrío y me hago el mudo,
pensando en como tu encanto
ha hecho pedazos mi escudo.
Pedacitos de vida en verso, a veces tan solo una estrofa, un suspiro. Todos se han escrito para algún destinatario en concreto que puede reconocerse al leerlos. Al resto, deseo que os provoquen una emoción agradable.
Aullando en Verso
sábado, 23 de mayo de 2015
lunes, 11 de mayo de 2015
El cuento mal escrito
No es dejar otro año atrás
lo que calma mi dolor,
son tus labios que sin más
me regalan el frescor
de tu sonreir eterno
al calor de mil licores,
que me sacan del infierno
de recordar tus amores
hasta que envuelto en tu aroma,
hace mella en mí tu ausencia,
pienso en tu "dame" y mi "toma",
y vuelvo a sentir tu esencia.
No pienses que son reproches,
ni te odio ni te maldigo,
pero aún trepan a mis noches
las ganas de estar contigo,
cierto es que ya no hay heridas,
mas aún quedan las señales
de pasiones desmedidas,
de mil y un besos letales
que hacen que no esté contento,
ni triste, ni bien ni mal.
Vivo viviendo el momento,
sin ver muy claro el final
de este cuento mal escrito
en el que no hay borrador,
donde en cada verso grito:
"Hoy quédate, por favor"
lo que calma mi dolor,
son tus labios que sin más
me regalan el frescor
de tu sonreir eterno
al calor de mil licores,
que me sacan del infierno
de recordar tus amores
hasta que envuelto en tu aroma,
hace mella en mí tu ausencia,
pienso en tu "dame" y mi "toma",
y vuelvo a sentir tu esencia.
No pienses que son reproches,
ni te odio ni te maldigo,
pero aún trepan a mis noches
las ganas de estar contigo,
cierto es que ya no hay heridas,
mas aún quedan las señales
de pasiones desmedidas,
de mil y un besos letales
que hacen que no esté contento,
ni triste, ni bien ni mal.
Vivo viviendo el momento,
sin ver muy claro el final
de este cuento mal escrito
en el que no hay borrador,
donde en cada verso grito:
"Hoy quédate, por favor"
Suscribirse a:
Entradas (Atom)