Sólo quería aullar en verso

Yo solo quería escribirte poemas,
pero siempre acabo escribiendo lamentos,
de lo que me pesan siempre mis dilemas,
de lo amargos que son los malos momentos.

Yo tan sólo quería aullar en verso,
bajo la luna blanca y la noche oscura,
pero este mundo absurdo, ruin y perverso,
me lleva siempre al borde de la locura.

Yo quería quererte, como en los cuentos,
pero en vez de príncipe, nací payaso,
intento alejarte de mis pensamientos,
mas mi corazón no quiere hacerme caso.

DOLOR (Sí, con mayúsculas)

No hay en la vida un dolor,
que se pueda comparar,
a verte a diario, amor
y no poderte tocar.

No hay penitencia mas dura,
por mi pecado mortal,
que soñarte en esta oscura
noche de frío invernal.

Yo callo y tu no me besas,
tus besos son para él;
para mí, dolor sin fresas,
para otro tu dulce miel.

Por no decir lo que debo
y escribir lo que no digo,
las madrugadas me bebo
y aprendo a no estar contigo.

El sueño en el que me muero

Desde el fondo de mi cueva,
miro un mundo que no entiendo,
mil historias, ni una nueva
y mil sonrisas  mintiendo.

Pero ni mi dulce cueva
me protege del tormento,
del miedo a una emoción nueva,
a que acabe en un lamento.

Te quiero odiar y te odio,
odio quererte y te quiero
y así escribo otro episodio
del sueño en el que me muero

para vivir otra vida,
en la que tú puedas ser,
la princesa prometida,
a la que quise querer.

El teatro. Sesión golfa.

Una canción, un reflejo,
una mirada lasciva,
un retoque ante el espejo,
una noche a la deriva.

Un "te quiero amor", sin ganas,
un "la llamaré mas tarde",
uno que ya peina canas,
un cuerpecillo que arde.

Un "sin prisa", un terremoto,
un "déjame de una vez",
un corazón que se ha roto,
la cola que muerde el pez.

Actores de madrugada,
cada uno en su papel,
príncipes, ogros y hadas,
que buscan labios y piel.

Mi Bien y mi Mal

Estrella fugaz que vienes,

dejas tu huella y te vas,

hay que ver que magia tienes,

¿Que dia no te irás más?.

Si estoy contigo me matan
nervios, temores y prisas,
y si estoy sin ti no callan,
los recuerdos de tus risas.

Tienes un toque de sal
y otro de pimienta en grano
que da un sabor especial
a mis noches de verano.

Y también eres malvada
criatura del infierno,
y en tu pasión incendiada
arden mis noches de invierno.

Eres mi bien y mi mal,
esa es al fin tu verdad,
pero se te quiere igual,
firmado: Mi Soledad.

Náufrago (En la isla donde quererte)

Quizá al final me harás daño
y aun así como evitar,
subir peldaño a peldaño,
la escalera de tu altar.

¿Como obviar esa emoción,
que me prohíbo a mi mismo,
para que mi corazón
no vuelva a caer al abismo?.

Tu viento mueve mi vela,
vuelvo al mar que fue mi muerte,
y soy náufrago aunque  duela,
en la isla donde quererte.

Sin rumbo (Herida)

Un mundo que no te entiende
con su mirada te mata.
Tu rabia queda patente
tras esos ojos de gata.

Te escondes en la penumbra,
cazas hombres por las noches
cuando la calle acostumbra
a llenarse de fantoches.

Duele el peso de la vida
cuando no sabes que hacer,
cuando juegas la partida
sin resignarte a perder.

Pero de todo se sale
y encontrarás otro amor,
que sepa ver lo que vale,
tener cerca tu calor.

Musa, mi musa

Musa amable, ¿donde estas?
sin tí no puedo escribir
y necesito vivir,
en los versos que me das.

Tócame con tu sonrisa,
juega entre mis emociones,
déjame oír las canciones,
que me envuelven en tu brisa.

O añade un corazón roto
a tu amarga colección,
pues no sabe la razón
a mi alma ponerle coto.

No se como enamorarte,
pero déjame que escriba,
que si hoy mi alma sigue viva,
es por disfrutar tu arte.

Boby (Siempre en mi memoria, amigo)

Fuiste un perro socarrón y buscavidas,
con mil trucos de magia, superviviente,
mirada de esas que ves y nunca olvidas,
tan buenón, tan cercano, tan insolente.

Viste como mi mundo se hizo pedazos
y en mis noches sin fín reíste conmigo.
Viene la parca ahora a cobrar sus plazos,
descansa al fin pequeño bribón... amigo.

Promesas

Prometí prometerte escribirte un verso,
que te reconfortara y te diera aliento.
Prometí prometerme abrazarte a besos,
pero siempre me digo “no es el momento”.

Prometí prometerte un abrazo eterno,
para que tú supieras que no estas sola.
Prometí prometerme olvidar mi infierno,
y que fueras la espuma que adorna mi ola.

Prometí prometerte hacerte reir,
y ser solo el payaso, el bufón, el chiste.
Prometí prometerme dejarme herir,
y ahora le tengo miedo a lo que me hiciste.

Desterrado del mundo arrastro mi peso,
por todas mis promesas sin prometer,
por no escribirte un verso en forma de beso,
por no estar a tu lado al amanecer.

Dos sabores

Tu con nervios de café,
corto y espeso.
Yo, tranquilito y con fé,
cuando te beso.

Tu, con tus ojos de gata,
sin Dios ni dueño.
Yo y mi mirada pirata,
soñando un sueño.

Contraste de dos sabores,
verano, invierno,
que pinta con mil colores,
mi firmamento.