Ya no duelen tus veranos
al frío de mis inviernos
ni juegan tus primaveras
con mis otoños eternos,
hoy tu fuego no congela
y mi hielo sigue ardiendo,
pago el no odiarte de veras
con no seguirte queriendo
mientras busco que otros ojos
me agarren de la mirada
y llenen mis venas muertas
de su sangre enamorada.
me agarren de la mirada
y llenen mis venas muertas
de su sangre enamorada.
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