Caricias de madrugada,
doloroso frenesí,
tu mirada en mi mirada,
guerras de tu contra mí.
En mitad de la batalla,
tus manos se hacen puñales
y yo sin cota de malla,
caigo sangrando a raudales.
Siempre tendrás mas talento
para estas guerras de amor,
lo asumo y muero contento
abrasado en tu calor.
Así te intento explicar
cómo aunque me hagas pedazos,
perdiendo vuelvo a ganar,
cuando vuelves a mis brazos.
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