Espiritiu de trovador
que apareces en las noches,
cuando callan los reproches,
cuando despierta el amor
y en mi piel grabas a fuego,
borrando mis cicatrices,
versos de sueños felices
que me dan paz y sosiego.
Traes un duende travieso
de ojillos negros brillantes,
como pequeños diamantes
y caigo preso en su beso.
Diablilla que me desarmas,
eres la luna traviesa
que con tenue luz me besa
y me gana con sus armas
dejándome con las ganas
de que la noche no acabe,
de que su susurro suave,
haga sonar las campanas
de mi alma atormentada
y pinte con sus colores
mis más oscuros temores.
Me encanta tu madrugada.
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