Quizá al final me harás daño
y aun así como evitar,
subir peldaño a peldaño,
la escalera de tu altar.
¿Como obviar esa emoción,
que me prohíbo a mi mismo,
para que mi corazón
no vuelva a caer al abismo?.
Tu viento mueve mi vela,
vuelvo al mar que fue mi muerte,
y soy náufrago aunque duela,
en la isla donde quererte.
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